Realice un ensayo sobre la violencia juvenil.


En la actualidad, los brotes de violencia, que se manifiestan en cualquier nivel social de nuestra sociedad, han tomado un rol protagónico en nuestro espectro social. La violencia, es el pan de cada día, durante años hemos convivido con la demencia delictual, y hoy en día vivimos en medio de la violencia urbana, la cual se acrecienta aceleradamente. La violencia social vino del campo y se quedó en la ciudad. Hoy en día es muy común leer en los puestos de venta de periódicos, sendos titulares que rinden culto a las orgías de muerte y sangre, las cuales son publicadas por aquellos diarios denominados humanidades. De igual manera sucede cuando en algunas emisoras radiales se propalan noticias nefastas que lejos de informar fomentan el desconcierto en la población, y ni que hablar de la programación televisiva, en donde se emiten programas con contenidos sexuales muy fuertes, con actos y escenas violentas, que son trasmitidas en horarios inadecuados. Si asumimos con pasividad la actual coyuntura de la violencia urbana en el escenario social, las nuevas generaciones de ecuatorianos tendrán como socialización y formación una cultura de la violencia, la cual estará muy arraigada en el medio en donde se desarrollan. Ahora bien, el presente ensayo se enfoca desde una perspectiva sociológica respecto a la problemática de la Violencia Juvenil en Ecuador. El análisis es Estructural y consiste en conocer las causas y efectos del mismo, obligándonos a conceptualizar las variables de Niño, Adolescente, Joven, términos que se confunden mucho cuando se trata este problema. Es un ensayo que asume una posición multidisciplinaria y que propone el concurso abierto de todos aquellos profesionales comprometidos con el desarrollo de la población más vulnerable que tiene en la violencia como un patrón de conducta generalizada; Los Jóvenes. Para finalizar, el fenómeno de la violencia juvenil en el País, es un problema de estructura y no de coyuntura. Es un problema social en la cual se necesita el apoyo y concurso del Estado y la sociedad civil en su conjunto, para que en un futuro tengamos hombres de provecho y forjados para el bien de nuestro país.

La violencia juvenil es una de las formas de violencia más visibles en la sociedad. En todo el mundo, los periódicos y los medios de radiodifusión informan diariamente sobre la violencia juvenil de pandillas, en las escuelas y en las calles. En casi todos los países, los adolescentes y los adultos jóvenes son tanto las principales víctimas como los principales perpetradores de esa violencia. Los homicidios y las agresiones no mortales que involucran a jóvenes aumentan enormemente la carga mundial de muertes prematuras, lesiones y discapacidad. La violencia juvenil daña profundamente no solo a las víctimas, sino también a sus familias, amigos y comunidades. Sus efectos se ven no solo en los casos de muerte, enfermedad y discapacidad, sino también en la calidad de vida. La violencia que afecta a los jóvenes incrementa enormemente los costos de los servicios de salud y asistencia social, reduce la productividad, disminuye el valor de la propiedad, desorganiza una serie de servicios esenciales y en general socava la estructura de la sociedad.

Causas de la a Violencia Juvenil
En primer lugar se entiende por violencia a la acción o serie de acciones en las que se hace uso de la fuerza, en especial la fuerza física, con la finalidad o el propósito de destruir una cosa. También violencia es obligar a alguien a que haga algo en contra su voluntad o causarle daño. Ahora bien, como su nombre lo indica la violencia urbana, es la que se desarrolla en la ciudad, ella no distingue una clase social, sexo, raza, o religión, puede ser violento tanto el individuo que viva en una urbanización residencial o como aquel individuo que vive en un asentamiento humano ubicado en algún cono urbano de la ciudad. La violencia juvenil puede producirse de muchas formas; las invasiones, son un ejemplo clásico de estas manifestaciones de violencia en donde cierta población carente de un sitio en donde vivir, se posesionan ilícitamente de un terreno de propiedad privada, y que al momento de ser desalojados se enfrentan a la fuerza pública, en verdaderas batallas campales, y que en algunos casos hay pérdida de vidas humanas. Otro claro ejemplo de violencia juvenil, es el accionar de las pandillas. Cuando las pandillas tratan de mantener una supremacía acaparando el territorio de otra pandilla, es un hecho seguro que se dará origen a un enfrentamiento encarnizado de extrema violencia, por el control del territorio en disputa, sobre este aspecto de la  violencia urbana no podemos dejar de lado la alevosía y premeditación con la que los adolescentes actúan y cometen una infracción a la ley penal, con una clara y abierta predisposición a la violencia. No se puede considerar el problema de la violencia juvenil aislado de otros comportamientos problemáticos. Los jóvenes violentos tienden a cometer una variedad de delitos; además, a menudo presentan también otros problemas, tales como el ausentismo escolar, el abandono de los estudios y el abuso de sustancias psicotrópicas, y suelen ser mentirosos compulsivos y conductores imprudentes y estar afectados por tasas altas de enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, no todos los jóvenes violentos tienen problemas significativos además de su violencia ni todos los jóvenes con problemas son necesariamente violentos. Hay conexiones cercanas entre la violencia juvenil y otras formas de violencia. Por ejemplo, presenciar actos violentos en el hogar o sufrir abuso físico o sexual puede condicionar a los niños o adolescentes de tal modo que consideren la violencia como un medio aceptable para resolver los problemas. La exposición prolongada a conflictos armados también puede contribuir a crear una cultura general del terror, que aumenta la incidencia de la violencia juvenil.

Hay factores que determinan la violencia juvenil, estos son:
1. Factores Sociales
Las Migraciones. Empieza a sufrir cambios en su estructura urbana por efecto de las migraciones. En el País. Ahora bien, bajo el contexto social de las migraciones, Ecuador es objeto de dos procesos migratorios muy bien definidos en el tiempo y espacio se sucede una migración por convicción y otra por coacción.
Las Migraciones por Convicción.- Que da inicio al gran flujo migratorio Sierra-Costa. En esta coyuntura el factor económico fue determinante para el incentivo de las migraciones, y es que por esa década el despegue económico, se vio atractivo para los individuos que residían en las provincias y tuvieron en la emigración una alternativa de movilidad social de sus lugares de origen, una alternativa de desarrollo personal, pues las inversiones de capitales extranjeros específicamente norteamericanas estaban en la mayoría de los sectores productivos del país. Ante esta situación, el fenómeno social sorprendió al Estado de aquella época, pues no tuvo los recursos suficientes como para afrontar los problemas que generó la migración, como la falta de viviendas, una creciente tendencia al hacinamiento del casco urbano y por ende el brote de una incipiente violencia urbana.
Las Migraciones por Coacción.- Esta oleada migratoria tienen brotes acelerados de la violencia social, los campesinos al verse desprotegidos, huyeron dejando sus viñas y granjas para venir a asentarse en los principales polos de desarrollo de las ciudades de mayor despegue económico, con la finalidad de encontrar estabilidad económica y social.
En resumen las migraciones movilizan a grupos humanos y obedecen a la búsqueda de un bienestar personal, que se materializa en la ubicación y posesión de un terreno en donde vivir.
El migrante de provincia en ese afán de búsqueda de su bienestar, de una manera directa o indirecta, germina el fenómeno de la violencia urbana. Algunas de estas migraciones fueron pacíficas y ordenadas otras violentas y sangrientas, y es que en su la lucha por el afán de posesionarse de un espacio físico en donde vivir, fueron hacinando de esta forma a la alicaída capital peruana en sus deteriorados y eriazos espacios físicos urbanos que le quedan.
La Violencia Familiar.- Se dijo que la familia es el primer ente socializador del nuevo individuo. Pero que sucede cuando en el seno de una familia, esta se encuentra desintegrada, con carencias en sus recursos económicos para subsistir, con valores morales deteriorados, en donde la violencia familiar es su modo de vida. Bajo esta influencia socializadora de la violencia familiar el nuevo individuo asumirá una aptitud de violencia como medio de vida ante la sociedad.
Ahora bien, una cultura de violencia se acrecienta cuando individuos con los mismos patrones de conducta (en este caso niños y adolescentes) que provienen de hogares con problemas de integración, se adecuan, se manejan, se identifican y se aceptan bajo los mismos códigos sociales dentro de su grupo o entorno social. Sobre esas bases de su identidad con la violencia buscarán hacerse sentir dentro del circuito social con manifestaciones de violencia juvenil. Así "Uno de los factores predominantes de la delincuencia juvenil es el influjo negativo de la disolución o ineducación familiar, acompañada de la carencia de Comprensión y afecto". Para concluir con esta parte del tema, la familia como institución aún en pleno siglo XXI, es importante para el desarrollo de los nuevos individuos porque de no estar fortalecida, como el árbol mal abonado y sin cuidado dará malos frutos. Trabajemos por ella.



2. Factores Económicos
Las decaídas economías familiares de los sectores con menos recursos, son en algunos casos (o si se quiere entender en la mayoría de ellos) el factor económico que determina y condiciona la violencia urbana. Cuando se habla de la solidez de una economía familiar no se desvirtúa que alguno o todos sus miembros asuman aptitudes de violencia o posturas anímicas dentro de la sociedad. Se manifiesta que la violencia emerge de los lugares marginados por la sociedad, además hay cierta predisposición a satanizar a la pobreza como generador de violencia, dicha aseveración cumple una proposición válida, pero no es total.
Ahora bien, no toda sociedad por ser pobre tiende a ser violenta, es más existen sociedades muy desarrolladas pero que tienen un alto índice de violencia, como por ejemplo la sociedad norteamericana.
Lo que sí queda claro es que las incidencias de violencia pueden tener mayor aceptación en los sectores más populosos de la ciudad, debido a una escasa o pobre educación, a la falta de oportunidades de trabajo, a la poca expectativa de superación y a las escasas fuentes de generación de empleos para los que menos tienen. De esta manera el papel de la economía basada en los ingresos que puedan percibir las familias de menos recursos sí determinan en la mayoría de ellos el grado de violencia que puedan asumir. Bajo este contexto existen paradojas e incongruencias sociales; mientras por un lado existen jóvenes que no tienen espacios en donde pueden canalizar sus ratos de ocio, no cuentan con programas alternativos que apoyen al fortalecimiento de la familia como institución en los aspectos sociales, económicos y culturales, y el no tener propuestas o alternativas para el desarrollo personal, la violencia estará más cerca y latente a ellos. Caso contrario sucede con aquella población de jóvenes que si tienen un modo de vida aceptable, sin restricciones económicas y que teniendo una inmejorable y adecuada infraestructura educativa y recreativa a su favor, asumen pautas con marcadas tendencias a la violencia. En tal sentido "La pobreza y la miseria, son fuentes de delitos contra la propiedad en especial, pero sucede que hoy asiste al fenómeno de un crecimiento más explosivo en los países más desarrollados, con mayor índice de ocupación y de producto bruto interno, que en lo no desarrollados económicamente durante mucho tiempo se identificó la delincuencia juvenil con barrios pobres, u otras zonas de subcultura delictual; hoy las formas más frecuentes, graves y asociadas se dan en los centros de ocio de las grandes urbes de consumo y de confort; entre jóvenes de familias pudientes aún universitarios". Para finalizar, cualquier manifestación de violencia que provenga de sectores precarios o de las más adinerados de la ciudad, son condenables, pues causan en la población el mismo temor y dejan las mismas secuelas y muchas veces llegando hasta la muerte.
3.  Factores Culturales
Los medios de comunicación masivos. Juegan un papel elemental en la socialización de nuestra sociedad, propone el modelo de conducta a su público objetivo.
El poder y la capacidad económica que poseen los medios de comunicación masivos para manejar conciencias son fuertes, ya que sus intereses económicos van acompañados por lo general de intereses políticos y así de esta manera se moldea el sistema de información que se quiere dar y trasmitir.
Se entiende que los medios de comunicación como la radio, televisión, periódicos, revistas y demás tienen por finalidad de informar y difundir cultura, mantener a la población al tanto de los sucesos más relevantes del quehacer nacional.
Según nuestro análisis, en lo que se refiere al factor de los medios de comunicación como determinante de la violencia, no cuestionamos por qué (aunque deberíamos hacerlo) se nos esté llenando la conciencia con información de mala calidad y que simplemente no culturiza, ese no es el tema. El problema radica que cuando los medios de comunicación quieren tener un alto rating o llegar a aumentar sus volúmenes de ventas en sus ediciones periodísticas recurre al sensacionalismo; este sensacionalismo que contiene elementos violentos, los lleva a enfocar de una manera fría y cruda un hecho con sucesos violentos, ellos nos alimentan el morbo de muertes y hechos sangrientos. Son estos los medios de comunicación que socializan la violencia en la mente de muchos individuos, aquí radica el problema, en la cual se comercializa el morbo. Esos medios de comunicación nos acostumbraron a leer, ver y escuchar a diario noticias  trágicas de muertes y charcos de sangre. Pareciera que algunos medios de comunicación tienen el fiel propósito de socializar violencia y hacer de esta algo cotidiano entre nosotros.


Como hemos podido ver, el problema de la violencia en general es un tema de suma actualidad. Los problemas generados por los casos de violencia en el país son múltiples, y en un lugar donde no existe una buena distribución de los recursos, el tema parece agravarse cada día más; lo vemos todos los días: la sensación de inseguridad de la gente tanto en el País como a nivel mundial es algo corriente. Pero frente a esto, cabe plantearse ¿dónde está la raíz del problema? ¿Existe una solución? Lamentablemente la respuesta parece ser no, por ahora, o al menos no de una manera eficiente; como ya quedó planteado en el desarrollo del trabajo, los factores que desencadenan los casos de violencia son muy variados y sin una actitud de compromiso con la sociedad, nunca podrá solucionarse. Es más, quizás lo más preocupante sea el aumento de casos de violencia y delincuencia en niños de 6 a 12 años, si pensamos que el día de mañana serán adultos, ¿qué es lo que les espera? Pero la mayoría de la población parece mirar para otro lado cuando se habla del tema, “a mi hijo no le va a pasar” es la respuesta de muchos. Es claro que es un problema de índole social en el cual la educación tiene un papel extremadamente importante, dado que constituye la base del desarrollo del individuo, y funciona como guía en el proceso de aprendizaje, no puede ser deficiente y debería figurar entre las mayores prioridades a considerar y a solucionar dentro de un país. Creemos firmemente que a la violencia debe ser tratada desde la prevención, comenzando por los hogares. Si los padres o responsables a cargo de un niño, no solo no se interesan por lo que éste recibe del medio, sino que no ejercen ningún control sobre lo que recibe durante el tiempo que permanece frente al televisor, no podemos pretender que luego el chico no sea violento o padezca algún otro trastorno de personalidad, la mayoría de las veces, la violencia tanto en niños como en adolescentes, es el resultado entre otras causas, como la falla del núcleo familiar, de la falta de preocupación de los padres que debido a las exigencias de una sociedad de consumo,  cada vez encuentran menos tiempo libre en un mundo cuyas exigencias son más fuertes cada día. No se trata sólo de educar correctamente a los niños o de tratar de reformar a los jóvenes sino de tener conciencia de que es un problema que nos afecta a todos y como tal, empezar a tratarlo, comenzando en los hogares, las escuelas, los clubes, agrupaciones religiosas o de otra índole, que se hallan en contacto con la comunidad. La situación que se desea mejorar parte del hecho de que un amplio sector de la población joven – en particular los de menores recursos – se hallan altamente expuestos a la violencia. La violencia sólo genera más violencia, y una vez que el niño o el adolescente ingresa en ese circuito, lo cual es sumamente más fácil de lo  que parece, luego les es muy difícil salir debido a las pocas posibilidades de insertarse en la sociedad y lograr una mejor calidad de vida fuera de ese ámbito. Esto se da mucho más en los jóvenes, quienes ante un futuro para nada prometedor,  falto de proyectos y expectativas, optan por caer en un último recurso: la delincuencia. Tampoco podemos atribuirle toda la culpa a los medios de comunicación de masas, ya que nadie desde el estado garantiza la seguridad de los contenidos de un programa, a pesar de no estar en horario de protección al menor. Considerando que la salud, tanto el estado de bienestar físico, psíquico y social, es producto de la interacción (en cada momento histórico y circunstancia socio-cultural determinada) entre el individuo y su ambiente, creemos que una estrategia eficaz, de diversas problemáticas socio–culturales, consiste en generar un proceso de habilitación, capacitación e intervención de diferentes sectores de la población, que les permita incrementar y facilitar los cambios de conducta. Los cambios tecnológicos, sociales, culturales, etc. habido en nuestra sociedad contemporánea, darán lugar a la aparición de un fenómeno desconocido antes, y que, aunque podríamos incluir como parte de un campo más vasto, como la violencia, está rodeado de ciertas especificidades. Estamos hablando de la delincuencia juvenil, que podríamos definir como una serie de procesos en los que interactúan de manera compleja, conflictiva y contradictoria, un sujeto y su contexto sociocultural.

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